Sobre mi vida

SOBRE MI VIDA

Cuando llegué a este mundo con todos mis planes hechos, mis padres biológicos ya tenían otros diferentes para mi, nada más nacer fui dada como un regalo, cedida a una mujer cruel y caprichosa que hizo de mí su mero juguete. 

Pasé mi infancia en una gran casa de huerta aislada del mundo, solo tenía un amigo y aunque lo veía poco, me encantaba jugar con él. La mayor parte del tiempo andaba sola, entretenida en juegos con aquellos amigos “invisibles” que hacían mi soledad un poco más llevadera.

No hay peor cosa que nacer y vivir sin amor…. aún añoro el abrazo cariñoso de una madre de verdad y las palabras de consuelo...aunque, lejos de amilanarme conseguí una voluntad de hierro y sin desfallecer seguí buscando el camino que me llevase hacia una vida de amor y felicidad, no fue fácil y sigue sin serlo, pero se hizo más sencillo cuando por fin descubrí que aquello que andaba buscando fuera, aguardaba acurrucado en mi interior esperando ser descubierto.

A cambio de tanta tristeza y soledad o quizás a causa de ello, fui bendecida con algunos dones difíciles de asimilar, aunque el primero de ellos era estupendo.Todos al nacer continuamos conectados con el otro lado pero poco a poco vamos perdiendo esa conexión al ser conscientes del mundo material, aunque este no fue mi caso, nunca perdí la conexión con los seres espirituales que seguían comunicándose conmigo, sin embargo a medida que iba creciendo, me negaba rotundamente a admitirla por lo que pasé muchos años renegando de aquel don que andaba llamando a mi puerta continuamente sin dejarme descansar hasta el día en que decidí poner fin a mi sufrimiento y aceptarlo con amor, pues ya que desde el otro lado "alguien" había considerado que era bueno para mí ¿ Quien era yo para contradecirlo ?.

Por aquel entonces ya tenía 27 años y era maestra de primaria, pero aunque no podía evitar saber muchas cosas sobre  personas, acontecimientos y situaciones, aquello me hacía parecer extraña ante los ojos de los demás, por eso me andaba con mucho cuidado, rápidamente descubrí que aunque aquel don podría traerme tiempos mejores, ese no era el camino que yo quería seguir y decidí cerrar el asunto por segunda vez en mi vida.

Otro don y para mí el más preciado fue el de leer en el corazón de los demás, y aunque me hizo sufrir mucho, al final decidí hacer caso a aquello que sentía, pues, cuando no lo hacía las cosas salían bastante torcidas, sin embargo, siempre hay que dar segundas oportunidades....y hasta terceras y cuartas...

La parte difícil fue aprender a desconectar y a vivir con los pies en la tierra, pero una vez aprendido, las cosas fueron funcionando mejor, podía usar los dones más o menos cuando yo quería y quizás si los ejercitaba alguna vez podría llegar a controlarlos, e incluso ampliarlos.