martes, 1 de enero de 2013
Recuperando la inocencia
RECUPERANDO LA INOCENCIA
Cuando somos pequeños vamos formando nuestra personalidad y aprendiendo nuestras futuras creencias basándonos en las reacciones de los adultos que conviven con nosotros, así nos hacemos una idea sobre nosotros mismos y sobre la vida. De pequeños pensamos que somos invencibles y que podemos hacer cualquier cosa que imaginemos, pero si alguien decide hacernos creer que no servimos para nada, eso es lo que creeremos durante toda nuestra vida a menos que tengamos la fuerza suficiente para decidir cambiar ese pensamiento.
¿Cómo lo puedo conseguir?
Lo conseguiré abriendo la mente y comenzando a amarme y a valorarme a mi mismo tal y como soy, intentando conocer mis limitaciones y pensando que yo puedo hacer cualquier cosa que me proponga, y si alguien dice que no puedo, pues peor para él porque resulta que el Universo y yo decimos convencidos que sí, que sí podemos. Es muy importante que cada uno reconozcamos nuestro propio valor y el valor de lo que hacemos, además de no dejar que nadie se crea con el derecho a ofendernos, pues así expresamos también el amor que sentimos hacia nosotros y hacia los demás.
Muchas veces en nuestra vida diaria tenemos tendencia a ser los últimos de la lista, si queda algo para nosotros, bien, pero si no, no lo necesito, es igual, yo me arreglo con cualquier cosa. Olvida ese sentimiento, aquí todos somos iguales, lo que tenemos en casa es para todos a partes iguales porque todos somos igual de importantes, pero esto también implica que el trabajo de cada uno ha de ser para el bien propio y de los demás y que todos trabajaremos a diario por la convivencia y el amor familiar apoyándonos sin dudas, sin miedos ni egoísmo. Para el mundo espiritual todos somos igual de importantes y trabajan duro por nosotros, Si ellos lo hacen, ¿Por qué nosotros no?
Recupera tu inocencia y la frescura de la juventud, nunca pienses que es demasiado tarde para ti o para hacer algo que te guste y que no has podido o te has negado antes, la edad está en tu cabeza porque verdaderamente eres aquello que sientes, así que date a ti mismo el placer de hacer lo que te gusta y verás los resultados. Si tienes que dejar algunas otras cosas de lado para tener tiempo de hacer algo para ti, no pasa nada, ya lo harán otros, y si piensas que no saben o no están capacitados, pues entonces deberías darles la oportunidad de aprender.
Muchas veces cuando albergamos pena en nuestros corazones y no resolvemos nuestros conflictos, los problemas se hacen tan grandes en nuestro interior que pueden controlar nuestros sentimientos y hasta nuestra salud. Por ejemplo, un resentimiento alimentado durante mucho tiempo puede degenerar hasta convertirse en cáncer. Si nos pasamos la vida criticando a los demás, viendo los defectos ajenos y sin tener en cuenta los nuestros, puede ser que con el tiempo lleguemos a tener artritis. Si pensamos durante toda nuestra vida que somos culpables de algo que hemos hecho o que hemos dejado de hacer, puede ser que comencemos a experimentar unos fuertes dolores musculares o dolores generalizados en nuestro cuerpo que aparecerán sin motivo y que nos harán sufrir. Si me siento atrapada en la vida que yo misma he creado, incapaz de salir de ella por mi propio egoísmo o por pereza, puede ser que comience a sentir los efectos del asma. Si tengo exceso de peso puede ser que sea a causa de una gran inseguridad o miedo, y si siempre estoy muy enfadada conmigo misma, con la vida o con los demás, puede ser que comience a sacarlo fuera a través del mal aliento….y así toda una larga lista de enfermedades que se podrían evitar simplemente enfrentándonos a nuestros propios fantasmas y siendo valientes para decir... si a la vida.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario