EL CIELO DEL PARAISO
“El cielo del paraíso
es el reino de los milagros donde todo es posible, es un lugar lleno de
sabiduría y amor verdadero”.
Hace tres días una
persona estaba buscando en un contenedor de basura, me quedé mirando y lo vi
sacar unas zapatillas “seminuevas” que alguien había tirado, las miró y su
rostro se iluminó, quedé muy impresionada, no tanto porque alguien recogiese
basura del contenedor, sino porque se me hacía difícil entender la expresión de
su cara, llena de ilusión y alegría, me desconcertó esa muestra de felicidad al
encontrar justo lo que necesitaba, parecía estar dando gracias a quien con
tanto acierto le mandaba seguramente aquello que en esos momentos le hacía falta
y no otra cosa. Entonces me sentí triste al recordar cuantas veces había visto
malas caras ante los más ostentosos regalos porque aunque fuesen muy caros, no
eran de la marca deseada. Y así, un pensamiento me llevó a otro y comencé a
preguntarme sobre el verdadero
significado de una sonrisa auténtica o de un momento de felicidad. La felicidad
no se puede comprar, simplemente se obtiene, y es un estado difícil de alcanzar
porque al estar en nuestra mente está a la vez tan lejos o tan cerca como
nosotros deseemos que esté.
Para mí feliz es
aquel que no esperando nada, agradece con amor lo que tiene, disfruta todo lo
que la vida le ofrece e intenta compartirlo.
Tú decides las cosas que son verdaderas. Andamos perdidos
por un mundo lleno de estímulos materiales en el que alguien nos ha dicho que
seremos felices si llegamos a alcanzarlos todos o muchos de ellos, que cuanto más almacenemos más felices podremos ser
y que todo eso es muy importante para nosotros. Así sumergidos en el más
absoluto y tremendo mar del consumismo nos cegamos o no tenemos tiempo de
explorar el resto de estímulos maravillosos que la vida nos ofrece.
Desde que nacemos, cada uno andamos buscando nuestro propio
paraíso, es decir, aquello que realmente nos haga sentirnos bien y orgullosos
de nosotros mismos, para unos se trata de tener a su alcance la mayoría de los
bienes materiales en los que puedan pensar, sin importar a quien dejen atrás en
la carrera, para otros, eso carece de importancia y buscan en su interior,
sabiendo que al verdadero Paraíso no se consigue llegar con dinero. Si miras
hacia adentro comprobarás que ante ti se abre un espacio misterioso que puedes
llenar con todo lo que tú quieras y en el que podrás descubrirte a ti mismo. Dejando que tu espíritu quede libre de la prisión de tu cuerpo, podrá mostrarte
toda la sabiduría acumulada a lo largo de su vida, que es la tuya.
Recuerda, cuando estás dispuesto a escuchar, entonces
obtienes la respuesta. Tus pensamientos pueden ser tu mayor aliado o tu mayor
enemigo. Por eso has de observarte muy bien y hacer caso a tu corazón, siempre
te mostrará el camino de las cosas que importan y nunca te engañará.
Mira lo extraordinario que tiene la vida, para, escucha y
siente, vive cada momento como si fuese el último y cólmate de felicidad porque
has nacido para eso. Los mayores tesoros son aquellos que no podemos tocar,
guardar o almacenar: amistad verdadera, salud, sabiduría, bondad, la vida, la
naturaleza, el amor, los sueños, la imaginación...
Nuestra alma tiene solo una vida, es nuestro cuerpo el que va cambiando, hemos sido creados para poder crecer espiritualmente con cierta facilidad, pero enredados en la materia nos cuesta mucho comprender, hasta que llega esa verdad que nos da de lleno en la cara y nos obliga a replantearnos ciertas cosas en las que hasta el momento quizás no habíamos tenido tiempo de pensar, ya se sabe, siempre ocupados en tantas cosas...
Así, solemos prestar demasiada atención a lo de fuera, pensando que todo se solucionará sin esfuerzo y sin contemplar para nada lo de dentro, que como no se ve, parece que no está, pero que cuando menos te lo esperas...va y salta.
Nuestra alma tiene solo una vida, es nuestro cuerpo el que va cambiando, hemos sido creados para poder crecer espiritualmente con cierta facilidad, pero enredados en la materia nos cuesta mucho comprender, hasta que llega esa verdad que nos da de lleno en la cara y nos obliga a replantearnos ciertas cosas en las que hasta el momento quizás no habíamos tenido tiempo de pensar, ya se sabe, siempre ocupados en tantas cosas...
Así, solemos prestar demasiada atención a lo de fuera, pensando que todo se solucionará sin esfuerzo y sin contemplar para nada lo de dentro, que como no se ve, parece que no está, pero que cuando menos te lo esperas...va y salta.
El crecimiento interior es algo muy complejo o muy sencillo
según te lo plantees pues si lo piensas bien puede ser que en lo más cotidiano
o en lo más normal encontremos las cosas más maravillosas que jamás hubiésemos
imaginado.
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