Quería hablar con
él… por encima de todos y de todo…quería hablar con él, la jornada había sido bastante
dura y no podía pensar, estaba demasiado cansada pero quería hablar con él y no
paré de pedirlo con la convicción y el deseo necesarios… sin agobios ni prisas,
con toda la paz que fui capaz de recoger y con todo el amor del que disponía, enarbolando
una dulce sonrisa cada vez que un pensamiento suyo inundaba mi imaginación. A
mi lado, mi esposo dormía plácidamente ajeno a los acontecimientos que estaban
por venir, como si ambos viviésemos en mundos diferentes…
Podía sentir que mi
cuerpo se relajaba más y más…y cómo lentamente y abandonada a su suerte mi
materia quedaba flotando en un mar en calma… paulatinamente apareció aquel
sopor placido envolviéndolo todo y dejando mi mente en libertad, como si alguien
hubiese quitado la gran losa que aprisionaba mis pensamientos…fue solo entonces
cuando, y a lo lejos, comencé a ver aquella diminuta pero fuerte luz azul brillante preludio de acontecimientos maravillosos,
el camino se estaba abriendo y yo estaba decidida a andar por él. Contemplando
aquel azul tan intenso, penetrante, vivo, profundo y radiante deseé desde el
centro mismo de mi alma tenerlo cerca y formar parte de él, lo podía distinguir
claramente y pensé que a medida que se acercara lo vería más grande…cuando… de
algún modo y mientras me balanceaba en este pensamiento y en el deseo de que
llegase a mí, fui yo la que se acercó atraída sin duda por su gran magnetismo y
quedé inmersa de lleno en aquel plano diferente, comencé a ver mucha gente que
andaba sin rumbo de un lugar a otro y yo, muy quieta, me preguntaba sin mucho
afán cómo había ido a parar en medio de aquel gentío, sin embargo y a pesar de
que estaba muy incómoda, a ellos no parecía importarles mi presencia, posiblemente
porque no me reconocían como uno de los suyos, sin embargo yo no me encontraba
bien allí y aunque no estaba muy asustada ya comenzaba a preocuparme, era un
lugar parecido a una playa y todo aparentaba ser extrañamente casi normal y similar a lo
que yo conocía, aunque los colores eran mucho más intensos y la atmósfera un poco más densa,
pero a pesar de esta apariencia de calma había algo en el ambiente que me resultaba
amenazador y no me gustaba estar allí, entonces…comencé a llamarlo…
Surgido de la nada llegó hasta mí, me
sujetó desde abajo y elevándome en el aire, me sacó de aquel tumulto, estamos
sobre todos ellos y por encima de aquella especie de mar que ya no me parecía
tan amenazante, era él Ismael, mi ángel, mi guía, no podía verlo, pero podía
sentirlo, era una energía que me estrechaba con brazos de viento y fuego, me
sentía muy bien, entonces comprendí que pasara lo que pasara a continuación, nadie
podría hacerme daño porque él estaba allí y me protegía. Jamás en mi vida había
llegado a experimentar esa sensación de amor, libertad y protección tan
intensa, y pasé en un suspiro de estar alerta a sentirme la persona más dichosa
del planeta…entonces habló:
-"Igual que no existe lugar en la tierra donde te
puedas esconder del aire, porque bebes de él, no habrá lugar en el universo
donde te puedas esconder de ti mismo ni de
tus pensamientos.El día en el que alguien abrió tu
caja de demonios, intentaste ponerte a salvo y buscar un lugar donde
esconderte, primero lo buscaste cerca porque creíste que allí pasaría de largo
y que tus propios sentimientos no te alcanzarían, pero luego pensaste que era
mejor ocultarte más lejos y confundirte entre la gente como uno más, sin
embargo ese día en el que decidiste ponerte a salvo de algo que pensabas era ajeno
a ti y buscar un lugar donde esconderte y perderte rodeado de mucha gente, ese
día aun no habías comprendido que no puedes huir de ti mismo, solo aquellos que
tengan su alma limpia podrán superar la prueba, cuánto más lejos vayas tu, más
lejos irán tus demonios, quizás puedas esconderte de ti mismo por algún tiempo,
pero no merece la pena porque no se puede huir de lo que llevas dentro solo se
puede afrontar sin miedo, vencerlo y arrancar el dolor de tu vida y de tu alma
para siempre. En ese momento tu espíritu crecerá libre y ya no necesitará
esconderse del viento.”
Ismael, fuerte y poderoso, me hizo sentir reconfortada y
enormemente feliz, sus palabras retumbaban dentro de mí y yo podía sentirlas
sanando mi vida, mis miedos, mi tristeza, mi cuerpo y mi alma…
A mis pies aquella playa y aquellas personas sin rumbo ya no
resultaban tan amenazadoras porque junto a mí estaba mi ángel, fuente de la
vida, misterioso, eterno y eternamente lleno de amor y dulzura, tenía la fuerza
arrebatadora de un ciclón y el poder de la verdad.
Cuando Ismael me habla lo hace con metáforas y formas
oníricas, como en un poema, a veces el mensaje está muy claro, otras resulta más
difícil de comprender aunque es igualmente reparador del espíritu, cuando
termina la conexión quedo libre de toda incertidumbre y su amor me llena por
completo, luego, salgo al mundo e intento compartir aquello que recibo, aunque
el mundo está triste y a veces destruye lo que no comprende.
Al regresar, mi cuerpo estaba completamente envuelto en
sudor y aunque me pareció que el contacto había durado solo unos segundos, en
realidad duró casi toda la noche, como siempre me sentía tan cansada que apenas
podía moverme, pero feliz, muy feliz…y mi alma… pletórica, satisfecha y llena
de luz.
Los ángeles
también expresan emociones, cada ángel tiene su propia personalidad y su propia
forma de pensar y de expresarse, y si conseguimos contactar con ellos a través
de cualquier medio, podremos sentir lo que ellos sienten junto a nosotros, como
se alegran con nuestras dichas y como sufren nuestras frustraciones, aunque sus
sentimientos sean un poco diferentes también podremos sentir cuando están
enfadados o simplemente aburridos por nuestro comportamiento.
Para acceder a los ángeles hemos de elevar nuestro
espíritu, pero ellos también han de hacer un gran esfuerzo tratando de
“desconectar” casi toda su energía para poder estar lo más cerca de nosotros y
no hacernos daño, aunque para escuchar a nuestro ángel hemos de ser nosotros
los que pregunten o pidan primero ya que aunque a ellos les gustaría hacerlo,
no podrán intervenir en nuestras vidas a menos que se lo pidamos debido a que
respetan nuestra libertad de decisión, ese acto físico o psíquico de abrir
nuestras propias puertas, saltar nuestros propios muros y romper nuestras
propias barreras solo podremos hacerlo por nosotros mismos, pero no se trata de
que un día cualquiera digas las palabras mágicas y ya está, esto no funciona
así, hay que despojarse de todo el miedo y el rencor que llevamos dentro e
intentar elevar nuestro espíritu, entonces estaremos en situación de preguntar
o pedir ayuda con sentimientos de amor sincero y con convicción. Si crees que
puede suceder sucederá porque ellos pueden establecer el contacto en el momento
que se lo pidamos, sin presión, sin estrés, sin miedos, sin agobiarnos, solo
con la mente abierta y toda la fe de que dispongamos, pues es nuestra fe en
ellos el vehículo que utilizan para llegar hasta nosotros. Mándale pensamientos
a tu ángel y deja la mente abierta.
Cada persona expresará de manera diferente su
comunicación con el ángel porque cada uno de nosotros somos diferentes, no
tengas ideas preconcebidas de cómo va a ser porque de esta manera limitas la
comunicación, deja que fluya libremente tal y como tú eres, no impidas al ángel
que se comunique de la manera que crea más conveniente para ti, no tengas ideas
preconcebidas de cómo o cuando ha de venir,como será o como se presentará
y qué aspecto tendrá, tu ángel puede comunicarse de mil maneras…sueños, señales,
imágenes, intuición, voces… por favor, deja que sea él quien las elija.
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