¿Conservamos nuestra personalidad después de la muerte física?

¿CONSERVAMOS NUESTRA PERSONALIDAD DESPUES DE LA MUERTE FÍSICA?

Conservamos la parte de nuestra personalidad que se refiere a nuestra conciencia y recordamos, pero de otra manera, pues tras encontrar nuestro nuevo camino nuestra realidad es diferente y la manera de actuar con respecto a todas las situaciones pasadas, presentes o futuras también lo es. Amamos de otra manera, vivimos de otra manera, sentimos de otra manera…mucho más verdadera, intensa y feliz.

Muchas personas han tenido experiencias con fantasmas o espíritus, han oído crujidos, voces, pasos, han visto sombras, han escuchado que alguien las llamaba por su nombre…

Algunas son verdad, pero la gran mayoría son producto de nuestra imaginación fomentadas por las historias de libros, cine o televisión.

Tememos a la muerte porque por norma, las personas tememos a aquello que no conocemos ni comprendemos, aunque no hemos de olvidar que se trata solo de la muerte física, pues el espíritu pervive a través de los tiempos.

En todas las culturas y religiones se ha clasificado a los espíritus y se les ha llamado de diversas formas y hasta existen escritos antiguos que nos describen como el alma ha de realizar la transición después de la muerte física. Dos de los libros más famosos son:

-“El libro egipcio de los muertos”

-“El libro tibetano de los muertos”

Tras la muerte física perdemos todo lo que pensábamos que era real y a no ser que consigamos dejar atrás todas las cosas, sentiremos  miedo y será muy difícil poder partir ya que continuaremos durante el tiempo que dure nuestro tránsito hacia el otro lado, luchando continuamente por aferrarnos a nuestra vida anterior, durante este tiempo podemos escuchar y saber lo que pasa en nuestro antiguo mundo pues todavía estamos viajando a través de este estadio transitorio entre la vida y la muerte. Este tiempo nos es concedido para que reparemos y terminemos todas las cosas que nos quedaron pendientes, además de poder despedirnos y consolar a nuestros seres queridos que quedaron atrás y así ser capaces de marchar tranquilos y en paz. Esta es una etapa de confusión entre dos situaciones muy diferentes por lo que siempre somos ayudados o asistidos en este tránsito por alguien de nuestra confianza a quien reconocemos y en quien confiamos plenamente. También podremos rehusar esa ayuda, cosa poco conveniente para nosotros, si esto sucediese la persona o personas asignadas para que nos guíen nos ayudarían manteniéndose a distancia y estando alerta para intervenir si fuese necesario.

Cuando comienza la muerte física enseguida vemos una luz blanca radiante muy hermosa que aparece frente a nosotros, la razón de que esta luz nos parezca tan hermosa es porque es de nuestra propia naturaleza y parte de nuestra esencia, hemos de reconocerla como propia e ir hacia ella abandonando todo lo anterior, reconocimiento y liberación son simultáneos pues el reconocimiento de esta luz nos libera instantáneamente, en ese momento la conciencia es separada de todo aquello que representaba para nosotros la vida diaria y la mente experimenta su propia liberación como un estallido de luz blanca radiante y muy pura, la vida y la muerte son una transición más en nuestro proceso de evolución y así lo hemos de sentir.
Tememos terriblemente a la muerte porque pensamos que nos aleja de aquello que amamos, sean bienes materiales o personas, debido a esto muchas almas permanecen en la tierra por diversos motivos, para consolar a los que los lloran o porque no desean separarse de aquellas cosas que tenían en vida.

Hemos de partir con la idea de dejar atrás la vida que ya ha sido vivida y la de comenzar otra nueva igual o más interesante que la anterior.

Pero no hemos de pensar en la muerte como un fracaso de la vida o como una separación traumática de todo aquello que amábamos y teníamos, debemos sentirla como parte del proceso de transición o del viaje hacia el comienzo de nuestra nueva vida.

La mayoría de las personas alguna vez han percibido "algo" o han creído ver "algo", esto suele causar temor, pero no debería ser así pues confirma la existencia de nuestro espíritu después de la muerte física y sirve para sentirnos felices al conocer que nunca nos hallamos verdaderamente separados de los seres que amamos.

A veces un miembro de una familia que fallece puede permanecer cerca de la tierra junto a su ser querido para servir como espíritu guía a él o a otros miembros de la familia. A veces, parece que los vemos, hasta incluso andando por la calle, o en la cara de otras personas que por un momento nos los recuerdan , o en algo que nos dice un desconocido que nos resulta muy familiar.

A veces percibimos su aroma, o soñamos con ellos...

Les hablamos a nuestros seres queridos difuntos porque eso nos alivia y con la esperanza de ser escuchados,y es un hecho que lo somos.

Meditar sobre un ser querido es algo bonito que nos transmite esperanza y amor. Mientras meditamos, él está junto a nosotros y a veces podemos sentirlo. Tener seguridad y confiar en nosotros mismos nos hará percibir las cosas de otra manera y reconocer la verdad.

Pero también hemos de tener presente que ellos han de continuar con sus vidas en el otro lugar para completar su aprendizaje y su evolución. Así que no hemos de hacer que vivan tan pendientes de lo nuestro y dejarlos libres para que puedan cumplir su destino.