¿Por qué hemos de perder la inocencia, la ilusión, la
creatividad y la imaginación simplemente por el hecho de ir haciéndonos mayores?
A esto lo llaman “madurar”, pero puede ser que madurar sea otra cosa y que
nadie a tu alrededor se esté dando cuenta… solo tú.
Caminando con ángeles descubres que siempre están a nuestro lado,
de una manera u otra, impulsando nuestra evolución y tratando de ayudarnos en
cada momento, dándonos apoyo y comprensión, pero marcándonos firmes el camino a
seguir.
Los ángeles se acercan a cada uno de nosotros de diferente
manera y de manera diferente son fuente de inspiración para las soluciones que
cada uno necesita, son tan sutiles que apenas nos damos cuenta, pero su
presencia es perenne, se acercan… y suavemente…susurran en tu alma.
Si quieres los puedes alejar un poco de tu vida, tu mandas,
pues eres el único responsable de tus actos, ellos harán lo que tú quieras que
hagan y te darán todo el espacio que necesites por el tiempo que necesites, y cuando desees su ayuda, estarán
muy felices de dártela, aunque en realidad, nunca dejaron de ayudarte, solo te
dieron el espacio que les pedias.
Para percibirlos sólo has de usar tu imaginación y creer en
lo que haces y en lo que sientes. Cada persona los percibe de manera diferente
y hablar de ello o describirlo siempre es difícil pero no hace falta explicar
nada, cada uno sabe lo que ha visto, ha sentido, ha olido…en definitiva, la grata
experiencia que está viviendo.
A veces, mi experiencia empieza con una leve brisa, muy agradable,
una gran paz comienza a llegar y llena poco a poco mi alma y mi cuerpo… de dentro
hacia fuera, a veces siento como hormigueos, sobre todo en la nuca o en el
pelo, otras, el ambiente se vuelve denso,
como si pesase y tengo la sensación de poderlo agarrar con mis manos, y ese
hueco a mi lado que parecía vacío, se llena… y si consigo relajarme lo
suficiente… hasta puedo entender aquello que alguien sutilmente me susurra sin
prisa…
Con mi imaginación puedo ver su aura que lo ilumina todo,
pero no ciega, es preciosa, casi siempre es blanca y acabada como en muchos
colores que se van difuminando, y se mueve, con una cadencia suave, como
formada por miles de miles de ondas vibrando al unísono. A veces, veo la imagen
de alguien parecido a nosotros, como proyectada a lo lejos, reflejada en el
infinito, parece tan grande como una montaña, aunque solo puedes ver una parte
de su cuerpo.
Pero utilizar nuestra
imaginación para “ver” las cosas no quiere decir que lo estés inventando, es
simplemente un sentido más que añadir a los que ya tenemos. La imaginación son
los ojos del alma, hay personas que “ven” porque creen y hay otras que creen
porque “ven”, también hay otras que no desean ver…y simplemente… no lo hacen.
Los ángeles se divierten mucho, juegan, se ríen y son muy
felices, no están tristes por nosotros, porque cuando nos equivocamos se
sienten felices de poder ayudarnos y de ver cómo nos levantamos una y otra vez.
Les gusta la raza humana, dicen que somos muy valientes pero
muy tozudos y bastante impacientes…a nosotros también nos gustan ellos porque
son geniales.
Dentro de mí hay dos personas, la que quiero ser y la que
soy en realidad, muchas veces tengo miedo, pero eso no me impide intentarlo cada
día y sentirme orgullosa.
La vida me lleva muchas veces, y yo me dejo llevar, lo
contrario sería estar luchando contra corriente cada minuto de mi existencia
que es más o menos lo que hago, sin embargo, a veces descanso, paro y me dejo
llevar…
Los ángeles son muy curiosos, se entretienen curioseando en
nuestras cosas, intentando que seamos organizados e intentando llamar nuestra
atención para que escuchemos lo que tienen que decirnos, harán que sucedan
cosas imposibles frente a ti a las que tú llamarás casualidad, bueno, puedes llamarlo
como quieras pero hay cosas que casualmente son un poco difíciles de explicar …
Escucha a los ángeles y verás que dentro de su bondad y su
inocencia se halla la más grande sabiduría del Universo… a tu servicio.
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